jueves, 10 de febrero de 2011

La Muerte

La Muerte apareció en forma de olvido, sin anunciarse ni decir adiós. Un día, simplemente, Laura desapareció de su cabeza.

La mañana fue distinta, y en lugar de arrastrarse por el peso de la bolsa de recuerdos, caminó erguido como un hombre. Silbaba.

Los días cambiaron a meses, y las noches a risas. Conoció a otra mujer, y fue feliz.

Pero la Muerte cobra sus deudas, y solo porque él le caía bien, decidió llevarse a alguien lejano, alguien pronto a partir, y que él no extrañaría mucho.

Y él, que estaba en un momento de plenitud, fue consciente del final a que todos estamos sujetos, y maldijo a la Muerte. No gritó al cielo ni tampoco tuvo la necesidad de hablar. Fue un único pensamiento. Unico y devastador.

Al día siguiente, contra toda probabilidad en una ciudad de millones de habitantes, él se cruzó con Laura.

Y recordó.

8 comentarios:

  1. Gracias por sacarnos de la muerte, y revivirnos con letras &

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  2. Tenes un don, y no un Don Jose, uno de verdad.

    Gracias por compartirlo.

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  3. imprecionante.. sin palabras,,

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  4. Cada cuento, cada género es una prueba más de que talento sobra.
    Gracias por los viajes y sensaciones

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  5. Me hace acordar un poco a Dolina.

    Hermoso relato, la verdad. Me llena de nostalgia.

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  6. Me encanta la forma en que decis tanto, más allá de las palabras. Abris un mundo en tus lectores. Al leerte, cada uno se cruzó con su Laura y otros tantos muertos.

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