jueves, 3 de marzo de 2011

La Marta

Funciona solo, pero está bueno leer primero: Escrito en Piedra. http://bit.ly/felKOK

Solo la gente que ha estado a punto de morir, sabe la importancia de una segunda oportunidad, y Marta es una de ellas.

La pesadilla se presenta esa noche, como todas las noches, y dura solo un segundo. En ese segundo ella arde con un dolor que solo el tiempo y años de terapia pudieron definir como angustia, y luego de ese segundo, se convierte en recuerdo. Sucede en el instante previo al alba, cuando todas las cosas son reales o no, según el mundo en que uno se encuentre.

Marta no fue siempre Marta. En otra vida, la anterior, era “La Marta”, y no se acuerda de ella con cariño, o respeto. “La Marta” murió quemada, un mediodía en que fue sorprendida por su marido, tras una infidelidad. Una muerte tan cruel como estúpida. Una que no se dio.

Juan hizo lo que Marta nunca creyó posible, y la dejó vivir. El segundo en que él apoyó el bidón de nafta en el suelo, ella renació.

Marta tuvo una segunda oportunidad, pero de las buenas. De las que vienen con ayuda, y de las que se aprovechan. Estudiar fue parte del proceso de cura, y escribir la dio de alta. Que los libros se vendieran, algo que ella solo pudo tomar como parte del milagro.

Ella sabía que pocas cosas en la vida pasan por casualidad, y que con las precauciones adecuadas, no corría riesgo de encontrarse con Juan nuevamente. Jamás. Y por eso, cuando el tiempo hubo hecho su trabajo, lo buscó. Y lo encontró. Habían pasado diez años.

Juan sí seguía siendo El Juan, solo había cambiado el barrio, por otro igualmente pobre. Y a El Juan se le habían sumado una compañera, y dos hijos.

Y ella esperó, porque sabía, lo había aprendido, que la vida a veces tiene cambios de humor. Y esperando, estuvo cuando El Juan perdió su trabajo, y ella, a través de algunos de sus contactos, en esta nueva vida que él le había regalado, pudo conseguirle otro mejor.

También estuvo cuando los hijos de El Juan terminaron la escuela, y fue ella quien por distintos medios, los llevó a la universidad.

Y está ahora en esta mañana gris, tan gris como su pelo, en que la lluvia moja las lápidas del cementerio de la Chacarita. Los hijos de El Juan ya tienen hijos, y extrañamente, no se respira tristeza, sino paz.

Nadie repara en la anciana que desde lejos observa el entierro de aquel a quien traicionó, y a la que la vida le permitió de alguna forma reparar esa traición.

Nadie repara en una historia que jamás llegó a los diarios, como toda historia que valga la pena vivirse.

10 comentarios:

  1. Ay Dios...a vos te parece....hacerme poner piel de pollo mientras meriendo...

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  2. Excelente Marcos, emotivo relato que pinta a una muy querible La Marta clap clap clap!!!

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  3. Es excelente ver como los años eliminan el artículo de quién volvió a vivir.

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  4. Las dos caras de la moneda, los dos lados de la historia, una de cal y una de arena, un hombre y una mujer, y una pluma que destila talento &

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  5. Insisto, increible. Nada mas que felicitaciones, otras palabras sobrarian.

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  6. Sin palabras. Es impresionante la cantidad de emociones que transmitió este relato.
    Juan le dio otra oportunidad, pero la vida también y reconozco que ella supo como usarla.


    Magistral, genio

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  7. este es un poco mejor que el resto que ya leí que eran muy buenos

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  8. Antonela Cappella19 de abril de 2011, 5:41

    Esa segunda oportunidad que todos esperamos...

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